Ganglios linfáticos y Bultos – Todo sobre ellos

Ganglios linfáticos y Bultos

¿Que son los ganglios linfáticos?

Los ganglios linfáticos son pequeñas masas de tejido situadas bajo la piel a las que llegan y de las que parten vasos lifáticos. Se caracteriza por un pequeño bultito en el cuello.

Pertenecen al sistema linfático, que forma parte de a su vez el sistema inmune y combate las enfermedades del organismo.

Los ganglios cambian de consistencia o tamaño (linfadenopatía), hasta que pueden palparse, y se inflaman (linfadenitis) cuando el paciente contrae ciertas enfermedades.

ganglios linfáticos

Es corriente en los niños, ya que las infecciones (principalmente las de vías respiratorias) son frecuentes en la infancia.

En la mayoría de los casos la inflamación de los ganglios no dura más de un mes y suele desaparecer al curarse el trastorno que la originó.

En otras ocasiones, sin embargo, puede ser síntoma de enfermedades graves como la leucemia, tumores malignos o sida.

SINTOMAS DE LOS GANGLIOS LINFÁTICOS

¿Los bultos son de pequeño tamaño y de situación cervical, axilar o inguinal?

Linfadenopatía. Los ganglios, inflamados, cobran el tamaño de un guisante y se palpan sin dificultad debajo de la piel, a veces son dolorosos al tacto. Suele haber más de uno.

Causas

  • No específicas, no existe una causa reconocible.
  • Reactivas: picaduras de insectos, vacunas.
  • Infecciones virales o bacterianas: como infecciones de vías respiratorias (amigdalitis, faringitis, tuberculosis) o conjuntivitis.
  • Procesos cancerígenos: leucemia, linfomas.
  • Enfermedades crónicas como la tuberculosis o el sida.

Tipos

La linfadenopatía puede producirse en una sola región del cuerpo o ser generalizada.

Los ganglios lifáticos inflamados suelen encontrarse cerca de la fuente de infección.

A continuación se indican los ganglios que pueden palparse según la zona en que se encuentran y algunas de las enfermedades que causan su inflamación.

Lugar

  • Maxilar inferior: infección dental o bucal, paperas.
  • Ganglios linfaticos cuello: amigdalitis, faringitis, otitis.
  • Nuca: infección del cuero cabelludo o rubeola.

ganglios linfáticos

En los tres casos anteriores, raramente pueden ser síntomas de cáncer de cabeza, cuello o tiroides.

  • Clavícula: toxoplasmosis (infección causada por un microorganismo que se encuentra en las heces del gato). Tumores testiculares, ováricos o renales que pueden ser malignos.
  • Axilas: traumatismos o infecciones de la extremidad superior del mismo lado. Por ejemplo, la enfermedad producida por arañazo del gato. Raramente indican melanoma (cáncer de piel) o linfoma.
  • Ingles: traumatismos o infecciones de la extremidad inferior del mismo lado o de los genitales. Raramente son síntoma de melanoma o linfoma.
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Tratamiento

Cualquier inflamación de los ganglios debe comunicarse al pediatra para que establezca la causa y el tratamiento adecuado.

Si la causa es una enfermedad leve, puede prescribir antibióticos u otros medicamentos.

Si la causa no está clara habrá que realizar pruebas diagnosticas especiales como la biopsia del ganglio y análisis de sangre y radiografías, entre otras.

 

LLAME AL MÉDICO

  • Si los ganglios linfáticos son dolorosos al tacto.
  • Si no desaparece después de un mes.
  • Si aumenta de tamaño o tiene un tamaño igual o superior a 2 cm de diámetro.
  • Si presenta alteraciones como fístulas o enrojecimiento.
  • Si el niño siente malestar general o tiene fiebre persistente.

ganglios linfáticos

¿Los bultos son irregulares, de tamaño variable y situación diversa?

Tumores. Hay de dos tipos.

  1. Benignos

La reproducción de las células es descontrolada, pero su crecimiento suele ser lento y no tienen capacidad para invadir otras zonas del organismo.

Entre Tumores benignos los más frecuentes en la infancia se encuentran:

  • Nevus congénito

Placa de poco relieve, de color amarillento o marrón que se forma a partir de las células melánicas de piel o mucosas. Suele estar presente desde el nacimiento, haciéndose más evidente al crecer el niño.

Puede alcanzar hasta 10 cm de diámetro y tiene cierto riesgo de malignizarse en la edad adulta, por lo que es conveniente su extirpación quirúrgica.

  • Queratoacantoma

Tumor que crece en pocas semanas, rojo, redondeado, con una costra dura y negruzca en el centro. Es recomendable realizar tratamiento en las fases iniciales mediante cirugía.

  • Quiste sebáceo

Lesión elevada, semiesférica, cubierta de piel normal. Procede de una glándula sebácea. Contiene una mezcla de sebo y bacterias.

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Pueden inflamarse y causar dolor: en ese caso, es conveniente que lo extraiga un cirujano.

  • Hemangioma

Aparece como una mancha pálida. Después adquiere un color rojo brillante y un ligero relieve. Si crece hacia dentro, adquiere una coloración azulada. Su tamaño oscila entre unos milímetros y varios centímetros.

Son más frecuentes en las niñas y en los bebés prematuros.

Aunque suelen desaparecer sin dejar cicatriz, es necesario tratarlos con cirugía, corticoides, láser o radioterapia si:

– Presentan ulceraciones.

– Son múltiples o están localizados en la cara.

– Están cerca de los ojos o los oídos.

       2. Malignos

El peligro de estos tumores es que tienen capacidad para invadir otras partes del cuerpo, dando origen a nuevos tumores (metástasis)

Los que tienen como uno de sus síntomas la aparición de bultos visibles en el cuerpo y se presentan con más frecuencia en los niños son los linfomas (tumores en los ganglios).

Son más raros los que afectan a músculos, huesos, genitales e ingles.

  • Linfomas

Síntomas:

Abultamiento de los ganglios linfáticos de cuello, axilas e ingles.

También pueden presentarse alguno de los signos siguientes:

Obstrucción de la tráquea.

Inflamación de la cabeza y los brazos.

Tumores en la mandíbula, la piel, los testículos u otras partes del cuerpo.

ganglios linfáticos

OTROS SÍNTOMAS GENERALES DE ALARMA:

Además de los citados anteriormente, se debe comunicar al pediatra cualquier bulto o engrosamiento que se aprecie sobre la piel del niño, así como las alteraciones de tamaño, forma o color de lunares o verrugas.

Cuanto más precoz sea el diagnostico y la implantación del tratamiento adecuado, mayores serán las posibilidades de curación (hoy se curan un 75% de los cánceres infantiles)

Dependiendo del tipo de patología, se aplican una o varias terapias.

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